¡Viernes, último día de trabajo en Hoi An!
Mientras Alberto ponía rumbo a su reunión matutina, Ana recopilaba ropa para llevarla a lavar, con el objetivo de tenerla lista antes de dejar Hoi An.
Aprovechando que el hotel incluía desayuno (que hemos usado poco, teniendo buffet en la reunión de trabajo), Ana se pidió dos huevos con pan. La señora del hotel debió entender mal, o vio a Ana con cara de hambre, porque le trajeron dos pares. Ana hizo lo único que se podía hacer y se los comió sin remilgos.
Tras algunas reuniones de trabajo y volvernos a encontrar, ponemos rumbo al café insignia de Expensify, el Art Space, donde hoy, además, comemos una pizza al mediodía, tras cansarnos de oír a los compañeros de Alberto cantar las virtudes y delicias de las mismas. La verdad es que estaba muy buena.
Alberto trabaja duro para poder escaparse antes. A las tres y media, Ana ha organizado un evento para gente de Expensify y familias. Vamos a ir a hacer farolillos de tela, como los que adornan toda la ciudad.
Se han apuntado un par de familias con niños y otra empleada. Hay tres tamaños disponibles. El grande no nos sirve, porque no se pliega y no nos la podríamos llevar. Ana escoge el pequeño, porque le dejan hacerla entera, con la estructura incluida, mientras que Alberto se decanta por una mediana, para la que sólo tiene que escoger las telas, pegarlas y decorarlas. Ambas quedan muy bonitas, pero Alberto pierde un hilo en el proceso y le queda un poco abombada.
Aunque el resto de participantes se marchan, nosotros nos quedamos a pintar el farolillo mediano (Ana es la pintora, evidentemente) y a pagar (aunque luego Expensify nos lo devolverá). Creo que nos quedó bastante bonita.
Luego ponemos rumbo al Pho Hoi Riverside Resort, donde algunos compañeros de Alberto están alojados, con la idea de cenar algo y, más importante, crear nuestros personajes de Dragones y Mazmorras. Hay un pequeño grupo que está organizando una partida de un día para la semana que viene y nos hemos apuntado. Hoy toca crear personajes. La cena en el hotel no está mal, pero lo mejor fue socializar. En nuestro grupo hay uno que no ha jugado nunca, así que será divertido.
Con los personajes ya creados, nos volvemos al hotel siguiendo el río y esquivando las decenas de personas que se abalanzan sobre nosotros para ofrecernos paseos en barca. Mañana hay que madrugar, que nos recoge una furgoneta para llevarnos a Mỹ Sơn, unas ruinas hinduistas a una hora o así.
Los muñecos de Spiderman francotirador llevan hoy versiones en miniatura de las coronas luminosas de flores que los vendedores ambulantes intentan colocar a los turistas. El potencial de este juguete no tiene límites.